El Mini Budget del gobierno británico y sus desastrosas consecuencias

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Las últimas semanas no han sido las mejores para el nuevo gobierno conservador, liderados por la supuesta “heredera” de Margaret Thatcher, Liz Truss. Su tasa de popularidad está bajo el 14% y el partido conservador se encuentra a un enorme 35 puntos por detrás del partido laborista.

¿La causa de esta crisis de popularidad a la que se enfrenta el partido conservador?

El desastroso “mini budget” diseñado por el canciller de la hacienda del Reino Unido, Kwasi Kwarteng que casi desestabiliza la economía del país. Desde su desvelación a la nación, ha causado que el banco central tuviera que activar una medida de emergencia de compras de bonos del gobierno valorados en unos 65 miles de millones de libras para reducir el impacto a los fondos de pensión.

Los intereses de estos bonos gubernamentales subieron a un 4.3%, previamente habiendo estado en 3.5%. 



La inflación subió a un 10,6% en octubre, comparado con la ya alta cifra de 9,3% de septiembre, afectando gravemente a la popularidad del partido conservador y su imagen de “estabilidad económica” 

La libra esterlina cayó a un 1,03 en comparación al dólar estadounidense el lunes 25, un mínimo histórico para la libra, aunque vería un pequeño incremento el viernes 30, finalizando la jornada en el 1,12.

El FTSE 100 vio un declive de aproximadamente 232 puntos desde el viernes 30, agitando a los inversores, causando una apresurada salida de estos.

Se podría decir que las políticas implementadas por este “duo” Kwasi Kwarteng y Liz Truss, que ellos mismos describieron como “un nuevo enfoque para una nueva era” han fallido miserablemente, causando pánico entre inversores y golpeando a la ya dañada reputación de la derecha británica, que se ha visto con 4 líderes distintos en 6 años, además no han ayudado las series de entrevistas en radios locales por todo el país inglés que ha dado la primer ministra en estos últimos días con el objetivo de “calmar la situación”, en la que con frecuencia se desviaba hacia silencios incómodos, recurría a cuestionar “la premisa de la pregunta” y en muchos casos daba respuestas a preguntas que no se habían formulado.



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